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Jácaras

ALLÁ VA EN LETRA LAMPUGA (852)

ALLÁ VA EN LETRA LAMPUGA (852)

Allá va en letra Lampuga;
recógele, la Peral;
guarde el Señor tus espaldas,
y mi garganta San Blas.


Hija, todos somos hombres;
nadie se puede espantar
ni de que azote el verdugo
ni de que apare el rufián.


Y pues a quien dan no escoge,
no tuve qué desechar,
aunque dos veces, de enojo,
me estuve por apear.


Dígolo porque lo digo,
y no lo digo por más,
pues son acontecimientos
entre penca y espaldar.


El ruin agravia a los buenos;
el rey no puede agraviar;
estos señores se enojan,
y alégrase la ciudad.


Con azotes y sin ellos.
se sabe mi calidad:
cien mientes te envío en blanco,
para quien hablare mal.


Todo hijo de tintero
no tiene que mormurar,
pues en Sanlúcar fui güésped
en cas de su Majestad.


Luego el rigor de justicia
me hizo ruido detrás;
asentábanme un capelo
y alzábase un cardenal.


Calentábase el azote
en las costillas de Bias,
y pasaba de las mías
a la giba de Mochal.


Como azotado novicio,
Monorros hizo ademán,
mas hanos dado palabra
que otra vez se enmendará.


A Cogullo le sacaron
por un hurto venïal,
entre gente tan honrada,
a la vergüenza no más.


Él es un bellaco pueblo
y azotan en él muy mal:
azotones desabridos,
a menudo y sin contar.


La gente, mal inclinada;
de tan poca caridad,
que a un forastero azotado
ninguno le viene a honrar.


Con un pícaro no hicieran,
amiga, tan gran maldad:
solo y sin muchachos iba,
y azotar que azotarás.


Hanse servido de darme
ministerio de humedad,
donde empujando maderos
soy escribano naval.


Más raso voy que día bueno;
con barba sacerdotal;
soy ovejita del agua
que me llaman con silbar.


Letrado de las sardinas,
no atiendo sino a bogar,
gradüado por la cárcel,
maldita universidad.


De un ginovés pajarito
ya nos desnuda el chiflar,
y el ceñidor de una cuba
desnudos nos ciñe ya.


Andamos a chincharrazos
al dormir y al pelear;
siempre comemos bizcochos
de las monjas de la mar.


Es canónigo de pala
Perico, el de Santo Horcaz,
y lampiño de navaja
el desdichado Beltrán.


Entre los calvos con pelo
que se usan por acá,
Londoño, el de Talavera,
hace una vida ejemplar.


De limosnas se ha venido
tras mí la tuerta de Orgaz;
sus pecados son mi hacienda:
ella mi vino y mi pan.


Es ejemplo de pobretas,
y no la conocerás;
peca con mucha cordura
todo el día sin chistar.


Aguedilla la bermeja
se cansó de zarandar,
y está haciendo buena vida
en la venta del Abad.


A Padurre, mozo tinto
y tenebroso galán,
por traidor de zaragüelles
le mandaron chicharrar.


Por honrador del estaño,
escribe, de Madrid, Juan,
que Gazpe fue luminaria
del camino de Alcalá.


Queman por hacer moneda
a quien no sabe heredar,
y al que la hereda y deshace
no le han quemado jamás.


Ayer tuve una mojina
por un pedazo de pan,
y con un harro de vino
di respuesta a un orinal.


No te gastes en mandiles;
estima tu calidad;
apártate de Carreño,
que tiene espalda mollar.


Más me cuestas de pregones
y suela de Fregenal,
que valen seis azotados
si los llegan a tasar.


Guárdame de ti un pedazo
para en acabando acá:
que seis años de galeras
remando se pasarán.


A todas esas señoras,
bullidoras del holgar,
las darás mis encomiendas:
que soy amigo de dar.


Hoy, este mes y este año,
aquí, pues no puedo allá,
en cas del señor Guardoso
de manos de habilidad.


Yo seiscientos, porque firmo
ya del número cabal,
descontándome la tara
de los que sin cuenta dan.


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