Skip to main content
Jácaras

DESCOSIDO TIENE EL CUERPO (862)

DESCOSIDO TIENE EL CUERPO (862)

Descosido tiene el cuerpo
a jiferadas Gorgolla,
muy cerca de ensabanar
sus bienes y su persona.


A su cabecera asisten
Aruñón el de Zamora,
Zangullo y Garabatea,
la Plaga y Mari Pizorra.


Díjole el médico: «Hermano,
vos caminais por la posta;
en manos de Dios os dejo;
no hay pulso para dos horas».


«Pesia al hígado que tengo,
¿eso me dice con sorna?
Morir de tres puñaladas
es muertecita de mosca.


»Digo que no vengo en ello,
no es mi gusto ni mi honra;
apelo para un milagro;
la medicina sea sorda.


»Muérase de tres mohadas
un calcillas y una monja;
eso, y morir de viruelas,
a los chiquillos les toca.


»Dile yo siete hurgonadas
a Palancón el de Ronda,
y levantóse en tres días,
¿y quiere que yo me esconda?


»Por lo ue me ha visitado
venda vusted esa cota,
que no se la pasarán
sino sus recetas solas.


»¿De su antuvión no me escapo,
y escapéme de la horca,
no siendo vusté y su mula
menos palo y menos soga?»


En esto oyó los suspiros
que pujaba la Chillona,
con un llanto salpicón,
vertido a pura cebolla.


Díjola: «¿Por qué me vendes
ojos yescas por esponjas?


No me acudas con pucheros,
que aun me saben bien las ollas.


»Dice que el pulso me falta;
pues andemos a la morra;
cachetes, y no aforismos,
se lo dirán en la cholla.


»¿Cuándo se vio que muriese
hombre que sin asco sorba?
Si a la bota lo preguntan,
todo mi mal es de gota.»


La cuitada, que desea
que su conciencia disponga,
no sé qué de testamento
le dijo con la voz honda.


«¿Testamento? -dijo el jaque-.
¿Al escribano me nombras?
Yo quiero escurrir el jarro,
no quiero escurrir la bola.


»¿Qué bienes muebles atisbas?
¿Qué raíces y qué joyas?
Haga por mí testamento
quien lo que debo no cobra.


»¿Agora quieres que gaste
en ítem mases mi prosa,
cuando solamente en ti
dejaré una buena joya?


»Yo no he de ser calavera
de las que dan en mandonas,
pues ninguno acetará
mi pellejo ni mi sombra.


»Cuando haga testamento,
uña en que hacerle me sobra,
no ha menester lo del «Sepan»
una vida tan idiota.


»Si de hoy en seiscientos años
estirare yo las corvas,
de mí sabrán las narices
lo que tocare a mi losa.


»A muertos de mogollón,
da de balde la parroquia,
de sepultura y asperges,
en el cimenterio, sopa.


»A niños de la doctrina
no pienso pagar la solfa:
música que no he de oílla,
que la pague quien la oiga.»


Díjole Garabatea:
«Amigo, la vida trota;
afufarse quiere el alma:
la güesa viene de ronda.


»¡Al demonio habéis de ver
con sus garras y su cola!»
«No me curo de guiñapos
-respondió con la voz ronca-.


»Yo le daré con las cruces,
si aquí se mete de gorra,
tal tunda, que se le acuerde
del látigo de la gloria.»


Y añadió, viendo aprestados
dos pelluzgones de estopa:
«¿El postrer moño me endilgan?
¡Por Dios, que estamos de gorja!


»¿Las estopas me aparejan
sin ser uso de fregona?
¿Soy yo buñuelo de burlas,
o soy de veras ventosa?


»¿No sabes lo que has de hacer?
Contigo hablo, pelota:
arrebata de una rueca,
y hilarás una mazorca.»


Leave a Reply