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Letrillas

DESEADO HE DESDE NIÑO (653)

DESEADO HE DESDE NIÑO (653)

Deseado he desde niño,
y antes, si puede ser antes,
ver un médico sin guantes
y un abogado lampiño;
un poeta con aliño,
un romance sin orillas,
un sayón con pantorrillas,
un criollo liberal.
Y no lo digo por mal.


Ayer sobre dos astillas
andaba el seiñor Bicoca,
y hoy, la barriga a la boca,
lleva ya las pantorrillas.
Eran todas espinillas
ayer las piernas de Antón,
y la una es hoy colchón
y la otra es hoy costal.
Y no lo digo por mal.


El vejete palabrero
que, a poder de letuario,
acostándose canario
se nos levanta jilguero;
su Jordán es el tintero,
y con barbas colorines,
trae bigotes arlequines,
como el arco celestial.
Y no lo digo por mal.


Con más barbas que desvelos,
el letrado cazapuestos,
la caspa alega por textos,
por leyes cita los pelos.
A puras barbas y duelos,
pretende ser el doctor
de Brujas corregidor,
como el barbado infernal.
Y no lo digo por mal.


Que amanezca con copete
la vejiga del notario,
anteyer monte Calvario,
agora monte Olivete;
si no Calvino, calvete,
con casco de morteruelo,
hoy garza y ayer mochuelo,
coronilla de atabal.
Y no lo digo por mal.


Cura gracioso y parlando
sus vecinas el doctor,
y siendo grande hablador,
es un matalascallando.
A su mula mata andando,
sentado mata al que cura,
a su cura sigue el cura,
con requiem y funeral.
Y no lo digo por mal.


El signo del escribano,
dice un astrólogo inglés,
que el signo de Cáncer es,
que come a todo cristiano.
Es su pluma de milano,
que a todo pollo da bote,
y también es de virote,
tirando al blanco de un real.
Y no lo digo por mal.


El pobretón más cruel
que sin dinero se viere,
tendrá mosca, si se hiciere
en el verano pastel;
pastelerito novel
que, sin mormurar excesos,
nos desentierras los huesos
y eres cuaresma en carnal.
Y no lo digo por mal.


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