Skip to main content
Redondillas

CAUTIVO Y SIN RESCATARME (419)

CAUTIVO Y SIN RESCATARME (419)

Cautivo y sin rescatarme,
Belisa, y amando firme,
más hago yo en no morirme
que tú harás en matarme.


Mas muerto estoy con dolores,
y aqueste ser me condena:
que me muriera de pena,
de no haber muerto de amores.


Muerto estoy, no hay que dudar;
que, aunque ansí me ven vivir,
es que el gusto del morir
me vuelve a resucitar.


Pero ya callo, contento
de que en todo el mundo veo,
para gozarte, deseo,
y en nadie, merecimiento.


Mas sólo temo, señora,
que no tienes de ser fiel:
que ser hermosa y cruel
te profetizan traidora.


Mas sé traidora a mis cosas,
que yo me alegraré ansí,
por ver dos caras en ti
que serán por fuerza hermosas.


Podrá ser que a mis pasiones
no sean ambas avaras,
que quien te viere dos caras
te dará dos corazones.


Mas, traidora, es cosa rara
que temo lo pueda ser,
porque es imposible haber
otra tan hermosa cara.


MUESTRA LO ENAMORADO


REDONDILLAS


Cautivo y sin rescatarme,
Belisa, y amando firme,
más hago yo en no morirme
que tú harás en matarme.


Mas muerto estoy con dolores,
y aqueste ser me condena:
que me muriera de pena,
de no haber muerto de amores.


Muerto estoy, no hay que dudar;
que, aunque ansí me ven vivir,
es que el gusto del morir
me vuelve a resucitar.


Pero ya callo, contento
de que en todo el mundo veo,
para gozarte, deseo,
y en nadie, merecimiento.


Mas sólo temo, señora,
que no tienes de ser fiel:
que ser hermosa y cruel
te profetizan traidora.


Mas sé traidora a mis cosas,
que yo me alegraré ansí,
por ver dos caras en ti
que serán por fuerza hermosas.


Podrá ser que a mis pasiones
no sean ambas avaras,
que quien te viere dos caras
te dará dos corazones.


Mas, traidora, es cosa rara
que temo lo pueda ser,
porque es imposible haber
otra tan hermosa cara.


Leave a Reply