PADRE, YO SOY UN HOMBRE DESDICHADO (619)
SONETO
Padre, yo soy un hombre desdichado,
tan nuevo pecador y endurecido,
que, por haber el cielo pretendido,
ardo en el fuego eterno condenado.
Un ángel verdadero me ha engañado;
por pretender la gloria me he perdido;
la esperanza y la fe me han destruido;
hacerla buenas obras fue pecado.
Por buenos pensamientos me condena;
absolución y penitencia pide
alma que enmiendas y dolor ofrece.
Y si queréis, padre, que sea buena,
dadle por penitencia que la olvide;
y si lo hace, absolución merece.