Skip to main content
Idilios

VOYME POR ALTOS MONTES, PASO A PASO (509)

VOYME POR ALTOS MONTES, PASO A PASO (509)

Voyme por altos montes, paso a paso,
llorando mis verdades:
que el fuego ardiente y dulce en que me abraso
sólo le fío de estas soledades.
de donde nace a cada pie que muevo,
de antiguo amor, un pensamiento nuevo.


Deja de mormurar, ¡oh clara fuente!,
y tú, famoso río,
mientras con tu cristal y su corriente
corre parejas este llanto mío;
que, para arderos en mi proprio fuego,
basta escuchar mis quejas y mi ruego.


Nunca he podido, Lisi hermosa y dura,
después de verte, hartarme
de padecer dolor por tu hermosura;
ni, tras el padecerle, de quejarme.
¡Oh, si llegase algún alegre día
que se hartase de amar el alma mía!


Mas ya que, ausente, muero de esta suerte,
lo que con ansia siento
es que no ha de poder servir mi muerte,
a quien viere su causa, de escarmiento.
Vengárame de Amor si, con mi daño,
pudiera a otro servir de desengaño.


Pero, aunque ansí, bien es que escrito quede
mi fin en esta losa,
y podráme decir que muero adrede
el que después te viere tan hermosa;
dulce seria mi muerte, si estorbase
que ninguno, de miedo, te mirase.


A todas las estrellas, Lisi, ruego
que ninguno te vea,
porque de arder en tan hermoso fuego,
la gloria de que gozo no posea.
No se alabe ninguno con mirarte,
que murió, cual Fileno, por amarte.


Acuérdate siquiera de pisarme,
si por dicha algún día
pasares por aquí, y el despreciarme
acabe, Lisi, con la vida mía.
Favorece mi túmulo, fiada
en que no he de sentir entonces nada.


Pero, si muerto yo, por tanta gloria
osare alguno verte,
tráeme siquiera un rato a tu memoria
para desengañarle con mi muerte.
Cuenta a todos mi afrenta y mis agravios,
que, por lo menos, sonaré en tus labios.


Quisiera ser despojo más honroso:
un príncipe nombrado,
un Craso rico, un César valeroso;
cien mil almas quisiera haberte dado,
para que, viendo en mí prendas tan raras,
siquiera por vencido me nombraras.


Leave a Reply